Migas burgalesas de la resurrección
El plato que no solo alimenta... ¡revive! 💀💪
Dicen que el pan duro solo sirve para tirárselo a los zombis… hasta que pruebas unas buenas migas. Estas migas burgalesas de la resurrección no solo sacian el hambre, sino que traen de vuelta las ganas de vivir. Ideal para después de un sábado sin cenar o una jornada que te ha dejado con la batería por los suelos. Plato típico, contundente y milagroso.
🍞 Ingredientes (para 2 personas “muertas de hambre”):
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250 g de pan del día anterior (duro, sí, que no cunda el pánico)
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100 g de panceta o chorizo (o los dos, que estamos resucitando)
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3 dientes de ajo
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1 cucharadita de pimentón dulce (o picante si eres valiente)
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Aceite de oliva virgen extra
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Sal al gusto
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Uvas o huevo frito para acompañar (opcional, pero recomendable si quieres puntos extra en el más allá)
🔥 Preparación:
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Trocea el pan en daditos o migas pequeñas. Si quieres hacerlo nivel abuela, mójalo un pelín con agua salada y tápalo con un paño durante una hora.
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Fríe los ajos en una sartén grande con aceite. No los quemes, que se mosquean.
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Añade la panceta o chorizo, que suelten bien su grasilla.
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Agrega el pimentón con cuidado y luego las migas.
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Remueve y remueve como si invocaras espíritus, hasta que queden sueltas y doradas.
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Sirve con uvas si te sientes elegante, o con un huevo frito con puntilla si vas a lo bruto. O las dos cosas.
🕒 Tiempo total:
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Preparación: 15 minutos
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Cocinado: 20 minutos
Total: 35 minutos (menos de lo que tarda un alma en arrepentirse)
Si después de esto no te levantas con fuerzas, solo queda café intravenoso. Las migas burgalesas son baratas, sencillas y potentes. ¡A comer y revivir!
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